El edificio de estilo ecléctico de finales del siglo XIX es un perfecto ejemplo de vivienda unifamiliar típica de la burguesía local de aquella época. Fue levantado a expensas de Tomás de Horma y Ajuriagogeaskoa, natural de Gorozika pero que se trasladó a vivir a Ortuella, donde al calor de las explotaciones mineras hizo cierta fortuna, llegando a ser alcalde del Concejo de Santurce y primer alcalde de Ortuella una vez realizada la desmembración del antiguo Concejo en dos ayuntamientos independientes. Aunque no se puede decir que tenga un excesivo valor arquitectónico constituye un buen ejemplo de ese tipo de vivienda y es el más relevante de los existentes en Ortuella, motivo por el cual debiera de mantenerse.
Tal es así que en el vigente Plan General de Ordenación Urbana se encuentra catalogado dentro del grupo de Edificios de Interés Histórico Artístico, edificios que según el citado plan “gozarán de una protección absoluta en cuanto a su conservación”, pero eso, pese haber sido aprobado por el propio Ayuntamiento, no debe de servir para nada, pues en ese grupo también se encontraba el edificio de la Cooperativa La Fraternidad Ortuellana que ya fue derribado para levantar pisos en su solar, o el del mismísimo Ayuntamiento sobre el que pende un proyecto de derribo auspiciado desde la misma Corporación y con el apoyo de algún grupo constructor. Se ve que los acuerdos de protección se toman y retiran en nuestro Ayuntamiento muy a la ligera y según interese en cada momento.
La protección del escaso patrimonio histórico y artístico que tenemos en Ortuella ha sido nuestra constante pelea con las anteriores corporaciones. Pensábamos que la situación había cambiado, pero lamentablemente nos sentimos defraudados en nuestras expectativas y comprobamos que ante estos temas la sensibilidad es la misma, o sea nula.
Consideramos una pérdida irreparable para la historia y la memoria de Ortuella la desaparición de la casa de la familia Royo Horma y pensamos que el tomar la decisión de su derribo es un atrevimiento, cuando no una osadía, sin haber pedido un informe técnico, desde el punto de vista histórico y artístico, que pueda respaldar esa decisión. Además si en la finca se van a edificar pisos tasados promovidos con dinero público, cosa con la que no estamos en desacuerdo, quizá parte de ese dinero público pudiera servir también para rehabilitar el edificio y darle un uso concreto, el que sea, pero que lo mantenga en buen estado de conservación.
Es una lástima que desde las instituciones y muy especialmente desde las municipales solamente se valoren las cosas desde un punto de vista mercantil y de rentabilidad económica a corto plazo en detrimento de otros valores mucho más humanos y con una rentabilidad social a largo plazo. No es este el primer caso que ocurre en Ortuella de derribo de edificios de interés histórico y seguramente no será el último, por lo menos mientras que nuestros munícipes no se mentalicen de que con esas actuaciones se van eliminando para siempre nuestros rasgos históricos e identificativos como pueblo y que un pueblo que olvida su pasado y pierde su identidad se convierte irremediablemente en vasallo de otro.
A lo dicho, una lástima.